¿Cómo vives tú la espera? Crece con María.

¿Cómo vives tú la espera? Crece con María.
La espera

Cuántas veces esperamos a lo largo de la vida, pueden ser meses de espera, o años, o días… Y es que como dice el refrán, en muchas ocasiones “el que espera desespera”, esperar no es fácil y no todo el mundo lo vive igual.

A mis 45 años he vivido muchos tipos de espera, las más importantes tienen que ver con la espera hasta que me convertí en madre.

Y además del tiempo que estás esperando, sean meses o años, pueden ocurrir miles de cosas que hagan que esa espera sea más o menos dura, o también un camino de rosas. ¿Por qué no?

Hace días hablaba con Angela de cómo vivió ella la espera de sus hijos. Me decía: “Mis dos embarazos no fueron caminos de rosas…»

«Cuando el embarazo no sucede de forma natural la cabeza comienza a poner trabas… y empiezan las dificultades con uno mismo, con la pareja, incluso con los amigos… Entras en un mundo de incertidumbre totalmente desconocido… Yo me aislé bastante… Reconozco que estaba arisca, susceptible, con un miedo y una angustia tremendas a que nuestro deseo de ser padres no sucediera… Nosotros tuvimos suerte con el tratamiento porque el embarazo fue rápido… Pero no fue fácil… Al ser gemelar, desde el primer momento el embarazo era de riesgo además de que desarrollé un tema hepático que forzó su salida urgente en la semana 34 de la gestación… Ese miedo que yo pasé durante la cesárea no lo puedo describir con palabras…. ¿Sobrevivirán los dos? ¿Llegarán sanos? ¿Tendrán problemas? La espera tuvo varias etapas y fue tormentosa…”

“¿Quién me iba a decir a mi que en el segundo, inesperado, embarazo dos años después, la espera sería tan difícil como fue? Llevaba embarazada 3 meses cuando mi padre falleció. Recuerdo que desde ese mismo momento fui “portadora” del bebe porque no estaba conectada con él sino con la enorme tristeza que me embargó durante más de un año y de dos… Ese día del mes de Abril que mi amiga Onica, ginecóloga y obstetra de la Paz , me lo puso encima… Lloré y le dije al bebé: ¿Pero tú quién eres? ¡Un pequeño cachalotín de 4 kgs! Fue cuando realmente me di cuenta de que le esperaba… Y allí estaba… Había llegado con toda su fuerza y su carácter al mundo… Y había estado agazapado y tranquilo en mi tripita hasta entonces… Cualquier proceso de espera no tiene por qué ser grato aunque tenga un final feliz”.

Como en todo en esta vida, debemos aceptar y asumir el momento que estamos viviendo, con sus pros y sus contras. Y es que no nos queda otra.

Ese día también le hablé a Angela de “mis esperas” en los procesos de adopción que vivimos mi marido y yo. También fueron duras, fueron largas, un sube y baja de emociones y sensaciones constantes, siempre lo he descrito como una montaña rusa.

La espera
Junio de 2010, en plena espera de mi primer hijo. Esta foto es muy simbólica para mi, mi marido mi gran apoyo.

Ilusión, alegría, rabia, frustración, esperanza, entusiasmo, pena, miedo, angustia, tristeza, cansancio, desesperación, calma… Y según las escribo me transporto a esos años y todavía puedo sentir lo que me provocaba cada momento. ¡Qué intensidad!

Ilusión infinita en cada paso que dábamos por pequeño que fuera. Recuerdo visualizar una escalera y pensar que estábamos subiendo un peldaño más en cada uno de esos avances, cada vez estábamos más cerca de nuestro sueño… Este pensamiento me ayudó a seguir adelante.

Alegría con cada buena noticia de avance en el proceso, en contraste con la desesperación por la falta de noticias cuando pasaban más de tres meses sin tener noticias del estado del expediente.

Frustración por no poder hacer nada después de intentar todo lo que está en tu mano.

De nuevo ilusión porque de pronto alguien aportaba algo de información, aunque no fuera de tu proceso… Y te hacía sentir que todo estaba vivo, que algo se estaba moviendo y que tarde o temprano llegaría nuestro momento.

Rabia, por las injusticias que de pronto ocurrían en el camino, angustia y tristeza por ver que otras historias de familias amigas se truncaban. Y es que esas cosas pasan, es la realidad y te hacían poner los pies en la tierra.

Y de pronto llegaba el miedo, esa sensación terrible que te invadía al pensar si tu hij@ después de tan larga espera estaría bien, y era peor si ya tenías la foto y habías visto su carita…

Un año tardamos en ir a recoger a Ignacio a Vietnam desde que supimos que era él, desde que vimos su primera foto de bebé, en ese año vimos pasar su primer cumpleaños en la distancia… En silencio y a escondidas soplamos una velita, porque nadie sabía que ya le estábamos esperando…

Fue duro eso también, llevar la espera en silencio. No queríamos que nadie más sufriera esperando, ya lo diríamos cuando la asignación fuera definitiva y oficial. Eso sí, había una ilusión en la base de todo que me reconfortaba y me mantenía fuerte ante lo que fuera.

Luego el tiempo pasa, y la espera termina, y de una manera u otra todo se resuelve, en mi caso para bien en los dos procesos.

Es ahora cuando me viene un fragmento del Principito:

“Ten paciencia, no te rindas, insiste, resiste. Pronto mirarás hacia atrás y dirás: “Ya pasó”. Porque sé que podrás. Tu eres fuerte, aunque pienses que no, sí lo eres. Y créeme, no es casualidad que estés leyendo esto ahora.”

Pues eso, vive la espera, confía en que todo lo que ocurre tiene un propósito, aunque al principio no llegues a entenderlo. No te rindas, resiste y vive el presente, sino te perderás muchas cosas que están sucediendo ahora, en este momento.

Fijaos, la espera hasta que me convertí en madre fue mucho más larga, mi camino empezó muchos años antes. Ahora estoy segura que tuve que pasar por todo aquello para llegar a lo que soy hoy. Tantas batallas perdidas, tantos “NO” por respuesta, tantas lágrimas, frustraciones, desesperación, dolor… Abrieron la puerta a la familia que hoy somos. Aquello pasó por algo y para algo. La dura espera mereció la pena.

No puedo pasar por alto la espera tan larga y dura que viven hoy en día todas las familias que están en proceso de adopción internacional. Por la pandemia mundial que vivimos, los procesos se están alargando más de lo habitual. Y por supuesto no me puedo olvidar de todos esos niños y niñas que tienen derecho a tener una familia y que también esperan. Ojalá todo pase pronto y por fin puedan encontrarse para siempre.

Sabéis qué, que en estas esperas está el origen de “Tu Familia Crece”. Siempre supe que tenía que hacer algo por las familias que esperan, las familias que en el futuro vinieran detrás de mí a conseguir sus sueños, personas que necesitan acompañamiento en su espera, considero que es importante tener apoyos y herramientas para que la “espera” sea cual sea, sea lo más llevadera posible.

Debo decir que fue fundamental en esa montaña rusa la ayuda de mi terapeuta, no fue fácil pedir ayuda, pero una vez que lo decidí, di el paso y sin duda mereció la pena, el camino fue mucho más fácil y aprendí cosas que ya me han servido para toda la vida.

Por eso recuerda lo que siempre decimos aquí NO HACE FALTA TENER UN PROBLEMA GRAVE PARA ACUDIR A UN PROFESIONAL, no lo olvides y CUIDA TU SALUD EMOCIONAL.

Continúa leyendo nuestros artículos en el siguiente enlace https://www.tufamiliacrece.es/articulos/ y si quieres ver nuestros vídeos entra en nuestro canal de YouTube https://www.youtube.com/channel/UC4GEex7–eg8g6lK7kC9m1w

Compartir por:

Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en email
Compartir en whatsapp

2 comentarios en «¿Cómo vives tú la espera? Crece con María.»

    • Hola Carmen,
      Muchas gracias por tu comentario. Nos alegra saber que lo que escribimos os llega al corazón.
      Un abrazo,
      Angela y María

      Responder

Deja un comentario

¿Hablamos?

Rellena el siguiente formulario y en breve nos pondremos en contacto contigo.

Política de Privacidad

Registro – Usuario: Al utilizar la WEB www.tufamiliacrece.com el usuario no siempre debe facilitar un nombre, un correo electrónico sino que puede optar por navegar en la web sin necesidad de registro. Sólo si desea solicitar información a través del formulario de contacto deberá facilitar los datos mínimos requeridos y aceptar la política e privacidad.

Aceptando la política de privacidad da su consentimiento expreso para que le facilitemos la información solicitada así como para la posible recepción de boletines con información sobre ofertas, a cuyos efectos declara que toda la información suministrada a la hora de solicitar la información es verdadera, completa y precisa y que de conformidad con la Ley Orgánica 3/2018 de 5 de diciembre de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales y al Reglamento Protección de Datos de Carácter Personal UE 679/2016 de 27 de abril de 2016 debiendo aceptar su tratamiento.